A muchas personas les gusta llevar a cabo prácticas sexuales donde se genere dolor controlado, soportable y consentido como componente en el acto sexual. Es por eso que existe el BDSM o Bondage como práctica erótica donde se obtiene el placer a través del dolor voluntario.
Debe quedar claro que el consentimiento y la comunicación, deben tener límites marcados antes de llevar a cabo la práctica.
Tienen que existir códigos de seguridad para controlar las acciones en curso. ¿Por qué se dice esto?, por la sencilla razón de que las palabras claves son necesarias para detener la acción en caso de sentir alguna incomodidad en la práctica BDSM o Bondage.
Esto se aplica al no soportar el dolor o simplemente porque se quiere detener la acción. Estos códigos pueden ser palabras sencillas como colores, números, frutas, entre otras.
Además, esto suele incluirse en el contrato de sumisión y recordarse antes de empezar cada evento.
La odaxelagnia es una conducta sexual basada en provocar o recibir cierto dolor a través de leves y suaves mordiscos a la pareja. Es un dolor totalmente inofensivo también consensuado y voluntario. En este punto se alcanza ese placer que se siente al ser mordidos con cierta presión.
La práctica sexual del BDSM, basada en el Bondage, la disciplina, la dominación, la sumisión, el sadismo y el masoquismo, se han extendido bastante, así como es el caso del spanking; es decir, castigo físico, llevando a las parejas a tener múltiples placeres, consiguiendo la satisfacción sexual deseada.
Los juegos de ataduras, dominancia y sadomasoquismo, no tienen nada que ver con los abusos físicos y emocionales sino con la erotización de los juegos de poderes, para esto se requiere de una intimidad emocional y una confianza plena. En una relación estable esto es necesario para vivir nuevas experiencias.
El juego de la sumisión o de la dominación sexual se ha convertido en una modalidad para los encuentros sexuales entre parejas. Es muy emocionante amarrar a la sumisa a una cama con una corbata de seda, colocarle esposas y hacerle amarres con cuerdas.
También resulta excitante usar palas de azote, antifaces, látigos, plumas y arnés. Las prácticas sexuales extremas cada vez son más comunes y por eso, en muchos países se venden grandes cantidades de artículos y juguetes sexules para este tipo de relación o juego consensuado. Uno de los ejemplos más comunes son los kit de esposas, látigo y antifaz que se pueden adquirir muy fácilmente.
En la práctica del Bondage, debe existir una privación sensorial, es decir, no ver y no oír, lo que permite hacer sentir el máximo éxtasis a la pareja tanto como se desee. Debe existir la inmovilización sin apretar en exceso, el placer no está en la fuerza sino en el juego.
La ventaja de esta práctica sexual es que el nivel de dopamina aumenta en las parejas después de cada encuentro furtivo, de modo que estas personas sufrirán menos estrés y serán capaces de ver con más facilidad los aspectos positivos de su día a día.
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